No recuerdo haber escrito nada para ti. Tal vez lo hiciera, pero el fuego borró las pruebas.
No me di cuenta de cuanto marcaste mi vida hasta que no supe reunir fuerzas suficientes para asumir mi realidad...
Yo no lo sabía aún, pero fuiste el espejismo, el holograma, la copia virtual de un amor que nunca fue. No, a ti nunca te amé, pero cuánto tardé en entender que a ella sí... Me resultó tan sencillo sustituirla por ti... Te pensé, te soñé y a veces te imaginé...
Llegados a este punto tengo que disculparme, supieras o no, intuyeras o no... Estas cosas no deben guardarse, tanto menos si se alcanza una confianza como la que asumimos nosotras, al menos yo...
Ay! Si yo hubiera dicho en caliente todo lo que me pasaba por la cabeza... Me hiciste muy sencilla la transición, y te lo agradezco. Fue todo tan natural, tan como si nos conociéramos de siempre, tan sencillo, tan visceral... Te extraño, ahora que nuestros mundos son completamente distintos, te añoro. Otras piernas han ocupado mis manos, pero ningunas comparables a la suavidad de tus curvas, otras miradas me han guiñado y ocupado mis desvelos, pero ninguna tan sincera. Otras, hubo otras con y sin amor, pasión y locura, pero ninguna tan sencilla, ninguna que marcara, ninguna que me falte como tú.
Tú no lo sabes, ni yo lo entendía hasta no hace demasiado, pero me curaste la más profunda de las heridas que he sufrido. Fuiste, durante el tiempo necesario, mi 'bálsamo de fierabrás'. Más tarde tu camino y el mío tendieron a separarse, como es natural; pero el cariño y la gratitud que te guardo es eterna.
No necesito que me entiendas, pero es tiempo de poner todos mis asuntos al día y creo que te debo esta confesión.
No me di cuenta de cuanto marcaste mi vida hasta que no supe reunir fuerzas suficientes para asumir mi realidad...
Yo no lo sabía aún, pero fuiste el espejismo, el holograma, la copia virtual de un amor que nunca fue. No, a ti nunca te amé, pero cuánto tardé en entender que a ella sí... Me resultó tan sencillo sustituirla por ti... Te pensé, te soñé y a veces te imaginé...
Llegados a este punto tengo que disculparme, supieras o no, intuyeras o no... Estas cosas no deben guardarse, tanto menos si se alcanza una confianza como la que asumimos nosotras, al menos yo...
Ay! Si yo hubiera dicho en caliente todo lo que me pasaba por la cabeza... Me hiciste muy sencilla la transición, y te lo agradezco. Fue todo tan natural, tan como si nos conociéramos de siempre, tan sencillo, tan visceral... Te extraño, ahora que nuestros mundos son completamente distintos, te añoro. Otras piernas han ocupado mis manos, pero ningunas comparables a la suavidad de tus curvas, otras miradas me han guiñado y ocupado mis desvelos, pero ninguna tan sincera. Otras, hubo otras con y sin amor, pasión y locura, pero ninguna tan sencilla, ninguna que marcara, ninguna que me falte como tú.
Tú no lo sabes, ni yo lo entendía hasta no hace demasiado, pero me curaste la más profunda de las heridas que he sufrido. Fuiste, durante el tiempo necesario, mi 'bálsamo de fierabrás'. Más tarde tu camino y el mío tendieron a separarse, como es natural; pero el cariño y la gratitud que te guardo es eterna.
No necesito que me entiendas, pero es tiempo de poner todos mis asuntos al día y creo que te debo esta confesión.
Entonces llegó su cumpleaños, no pude resistir la tentación y le escribí.
ResponderEliminarLe escribí lo más sincero que le dije nunca, porque nunca la añoré como ahora que por fin he dejado de llorarla.
Feliz vigesimonoveno!
Hoy es tu cumpleaños, veintinueve ya... Vaya!
Hace una década no imaginamos que pasaría tan deprisa... Ya he perdido la cuenta del tiempo que hace que no nos vemos, no hablamos, no somos y ni siquiera estamos; aunque confieso que te pienso a diario, no he tenido valor suficiente para luchar y recuperar lo más bonito y sincero que he tenido nunca.
Me llegan noticias de ti por aquí y por allá, sobretodo por ese AMIGO que mantenemos en común y me alegro mucho de que tu camino vaya avanzando firme. Sin embargo yo no he cambiado nada, sigo en el mismo sitio atemorizada por lo que significa crecer y avanzar. Inmóvil, temblorosa y asustada sigo esperando que alguien me saque de mi cueva y me descubra el maravilloso mundo que fluye alrededor.
Te extraño, añoro aquella complicidad tan natural, aquel cariño tan sincero, aquella confianza ciega. Echo de menos tu risa, las anécdotas, los paseos en silencio, la comunicación muda, la comprensión sorda y tus ojos... Esos ojos que lo decían todo sin darse cuenta.
Hoy soy porque compartiste conmigo el camino, hoy siento porque me procuraste una transición sencilla.
Hoy y todos los días agradezco que pasaras por aquí, hoy y siempre estoy orgullosa de ti, hoy y cada día pienso en cómo volver a intentarlo, pero nunca encuentro el momento ni las formas.
Lo siento, me apena muchísimo haberte perdido, me entristece no haber podido compartir las mil y una locuras que han acontecido estos últimos tiempos, pero pensándolo bien, todo habría sido distinto, así que "no hay mal que por bien no venga". Me encantaría volver a contarte entre mis pilares, pero forzarlo sería raro, ha pasado demasiado tiempo y nunca volverá a surgir de un modo tan natural porque ya no nos movemos en órbitas similares.
Siento muchísimo la perorata que acabo de soltarte, y sin embargo seguiría horas contándote, o escribiéndote, pero a ti ya no te interesa y a mi ya me esperan...
Un abrazo, disfruta del resto de tu día y sé feliz en tu vida. Te deseo muchísimo éxito.
Su respuesta me asombró, casi tanto como decía en ella que le sorprendió que le escribiera. Me asombró que tuviera la esperanza de volver a conocernos. Me sorprendió que redactara un texto para mi y no se limitara al agradecimiento formal. Me esperanzó que "pasara lo que hubiera pasado, pasara lo bueno del pasado"