Una noche más la alta temperatura de mi alcoba me recuerda aquel tiempo en que me asías entre tus firmes brazos y sosegabas mis temores con suaves caricias y susurros. Aquel tiempo en que mi niñez abría paso a una juventud que no supe disfrutar a tu lado, cuando tu aliento infatigable rozaba mis oídos con tiernas palabras de cariño y respeto aliñadas con sutiles toques de pasión. Ése tiempo se fugó entre mis dedos sin querer retenerlo y ahora lo añoro. Tan joven era que no entendía cómo te estaba matando cada día, tan inexperto que no sabía que me cuidabas noche y día…
Karonte (el anciano)
No hay comentarios:
Publicar un comentario